Las mejores cadenas de suministro no sólo son rápidas y rentables. También son ágiles y adaptables y garantizan que todos los intereses de sus compañías estén alineados.
Las cadenas de suministro que se centran exclusivamente en la rapidez y en la disminución de los costes no están preparadas para responder a los cambios imprevistos en la demanda o en la oferta.
La eficiencia en la cadena de suministro es necesaria pero no es suficiente para garantizar que las empresas logren mejores resultados que la competencia. Sólo aquellas empresas que desarrollen cadenas de suministro ágiles, adaptables y alineadas se situarán por delante de la competencia.
Fomentar la agilidad es esencial ya que, en la mayor parte de las industrias, tanto la demanda como la oferta fluctúan más rápidamente y en mayor medida que antes. La mayoría de las cadenas de suministro hacen frente a esto recurriendo a la rapidez frente a los costes, pero las que son ágiles responden tanto con rapidez como con rentabilidad.
En cualquier organización podemos integrar la agilidad en la cadena de suministro siguiendo una serie de pautas:
Debemos adaptar nuestra cadena de suministro. No debemos aferrarnos a las mismas redes de distribución cuando los mercados o las estrategias varían. Una organización no debe dejar de ajustar su cadena de suministro de forma que pueda adaptarse a las cambiantes necesidades. La adaptación puede resultar difícil pero es vital a la hora de desarrollar una cadena de suministro que sea capaz de ofrecer una ventaja competitiva sostenible.
Además de los cambios inesperados en la oferta y la demanda, las cadenas de suministro también tienen que afrontar cambios casi permanentes en los mercados, como consecuencia del progreso económico, de los cambios políticos y sociales, de las tendencias demográficas y de los avances tecnológicos.
A menos que seamos capaces de adaptar nuestra cadena de suministro, no seguiremos siendo competitivos durante mucho tiempo.
Desarrollar una cadena de suministro adaptable requiere dos componentes clave: la habilidad para detectar las tendencias y la capacidad para modificar las redes de distribución. Para ello es necesaria tengamos en cuenta estas pautas:
Al mismo tiempo, debemos conservar la opción de alterar nuestra cadena de suministro buscando nuevos proveedores que complementen a los que ya tenemos. Si decidimos trabajar en lugares del mundo relativamente desconocidos utilizaremos intermediarios para encontrar proveedores de confianza.
Debemos tener cuidado de alinear los intereses de todas las empresas que integran nuestra cadena de suministro con nuestro propio interés. Esto es de gran importancia ya que cada empresa, ya se trate de un proveedor, un distribuidor o un minorista, como norma general, intenta maximizar sus propios intereses.
Si los intereses de cualquiera de las empresas difieren de los de las otras organizaciones de la cadena de suministro, sus acciones no maximizarán el rendimiento de la cadena.
Los intereses no alineados pueden hacer estragos aunque los socios de la cadena de suministro sean divisiones de nuestra propia compañía.
Un modo en el que podemos alinear los interés de nuestros socios con los nuestros propios es redefiniendo los términos de nuestra relación de forma que las empresas compartan los riesgos, los costes y los beneficios de manera equitativa.
David Nicolau Artiaga. Ha trabajado en empresas como Gesan (Atlas Copco) o Alfaland, donde durante más de 10 años ha sido Director General de SCM (Cadena de Suministro). Actualmente es Managing Director de Grupo Miralbueno, formado por empresas que desarrollan su actividad en el sector de la maquinaria Industrial, agrícola y jardinería, destacando su Head Office de Zaragoza, sede en Bogotá (Colombia), fábrica de Turquía y Oficina Técnica en China. Su posición de liderazgo permite a Miralbueno tener presencia comercial en más de 40 países.